Conócenos

Alberto Romay comienza su vida en Cristo Jesús el 7 de Febrero de 1986, en una campaña evangelística realizada por la iglesia “Catedral de la Fe”, con el pastor Osvaldo Carnival, en Parque Chacabuco, Buenos Aires. Allí comenzó a caminar con Jesús, y experimentar Su poder, recibiendo el bautismo del Espíritu Santo que enardecía el fuego de la pasión por vidas que vivían lejos de Jesús.

Para servir con mayor excelencia decidió ingresar al Instituto Bíblico Río de la Plata en 1988, donde recibió la formación teológica, egresando en 1990.

Su amor por las almas, la formación teológica y su experiencia con el Dios de los milagros lo llevó a servir en el campo evangelístico, con la firme convicción de que si Dios pudo hacer un milagro de sanidad en su vida, lo podría hacer con todo aquel que creyera. Desde entonces ministra sanidades y milagros en cada iglesia a la que es invitado, donde el Señor se manifiesta de manera impresionante.

La palabra profética, las sanidades en lo físico, espiritual y económico son las señales que respaldan a este ministerio.

En 1992 conoce a su única y actual esposa, Milena, en la ciudad de Rosario. Milena recibió a Cristo en su corazón en 1987, congregando en la Iglesia “Casa de Dios” junto al pastor Eduardo Codagnone, en Rosario, Santa Fe. El 30 de Junio de 1993 unen sus vidas en sagrado matrimonio, desde entonces sirven en plena unidad y comunión al Señor en el “Ministerio Profético de Sanidad y Milagros”

Ambos son Ministros Autorizado y Ordenado de la Unión de las Asambleas de Dios y participan de reuniones, cruzadas, congresos y todo tipo de eventos evangélicos de manera interdenominacional.

El Señor ha bendecido de manera extraordinaria y maravillosa a Milena y Alberto con seis hermosos hijos, que sirven con tremenda pasión al Rey de Reyes. Tres niñas: Naiara Milena, Sheila Ailín y Sharon Ivón. Tres niños Natán Adriel, Nahuel Alberto y Emir Josué.

EN QUE CREEMOS…

Creemos en:

La Biblia, como la Palabra de Dios; única fuente de revelación, regla infalible de fe y conducta.

La Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Jesucristo, nacido de la virgen María y concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.

La Salvación del Alma, a través de la fe, por medio de Jesucristo y su sangre redentora.

La Sanidad Divina, como uno de los beneficios y consecuencias naturales de la obra expiatoria de Jesucristo. Reconocemos el lugar y la ayuda de la Ciencia Médica, pero también ceemos en el poder sobrenatural e infinito de Dios.

El Bautismo en el Espíritu Santo, con la evidencia externa de hablar en lenguas desconocidas, práctica normal de los creyentes de la Iglesia Cristiana Primitiva.

La Iglesia, la compañía de todos los redimidos por Jesucristo, que creen y practican las enseñanzas del evangelio.